4 abr 2007

De La Voz de Galicia (18/03/2007)

Rechazo social y también político

La iniciativa para levantar en la zona de Ponzos (parroquia de Covas, en Ferrol) una planta de acuicultura tiene un 99,9% de posibilidades de quedarse sólo en papel. Su ubicación la ha frenado la Consellería de Medio Ambiente por invadir un espacio de protección de aves y ser lugar de interés comunitario. La iniciativa, en un paraje natural extraordinario, la rechazaba también el PSOE ferrolano, pese a venir de una consellería dirigida por una socialista. El proyecto
tenía detrás a Isidro de la Cal.
Extensión: 277.000 m2
Precio del suelo: 6 euros/m2
Producción: 1.939 toneladas
Coste: 37,5 millones


Pesca acota 27 áreas para criar 25.000 toneladas de peces planos
Los emplazamientos todavía están pendientes de recibir el visto bueno de otras consellerías
Más de una docena de proyectos, con 300.000 millones de inversión, esperan la aprobación del plan

El plan sectorial de parques de tecnología alimentaria es a la acuicultura lo que el PXOM (plan xeral de ordenación municipal) a cualquier ayuntamiento. Igual que un ciudadano no puede construir su casa donde quiera, por mucho que sea dueño del suelo, un empresario del ramo tampoco puede asentar su negocio de cría y engorde de pescado en cualquier enclave de la costa gallega. Y si la falta de un PXOM atasca el desarrollo de una localidad, la ausencia de un plan sectorial está lastrando el crecimiento de la actividad acuícola gallega. Más de una docena de proyectos están a la espera de que se apruebe ese mapa para poder arrancar. El documento, según la conselleira de Pesca, Carmen Gallego, estará listo en junio. Por el momento, y después de la criba realizada al primer plan sectorial de parques de tecnología alimentaria —aprobado en el último Consello de la Xunta del Gobierno anterior—, Pesca ha seleccionado 27 enclaves en los que se podrán instalar las empresas de cría y engorde de pescado. Según ese mapa, el futuro acuícola que el departamento de Carmen Gallego busca para Galicia tiene, por ahora, las iguientes dimensiones: 27 áreas costeras, 337 hectáreas de superficie, 393 millones de euros de inversión y 44.000 kilovatios de consumo.
Todo para alcanzar dentro de 15 años las 22.500 toneladas anuales de peces planos, que necesitarían la creación de 1.700 puestos de trabajo directos, y reportarían una facturación bruta de 300 millones de euros al año.

Otros filtros
Pero esos números son, de momento, un sueño. Una vez pasada la criba de Pesca, el plan tiene que superar otros filtros: Medio Ambiente, Patrimonio, Costas... Y algunas fuentes sostienen que las 27 áreas actuales no estarán en el plan definitivo. La selección de determinadas áreas, como Ponzos, en Ferrol; o Galloufa, en Porto do Son, ha desatado fuertes críticas vecinales, en el primer caso por estar parcialmente afectado por la Red Natura y, en el segundo, por su proximidad a un vestigio histórico como el castro de Baroña.
Y es que, a tenor de lo que figura en el plan, 15 de los 27 enclaves seleccionados acotan terrenos que tienen algún tipo de protección ambiental, bien porque se asientan sobre Red Natura (total o parcialmente), o bien porque afectan a hábitats prioritarios. Los parques previstos en Ardía (O Grove), Bico de Ran (Cambados), Lira y Meirás (Valdoviño) están proyectados sobre Red Natura. Covo y Ollo Longo (Ribadeo), Xandriña y Seiruga (Costa da Morte), Quilmas (Carnota) y Seráns (Porto do Son) están afectados parcialmente por esa figura de protección medioambiental. Y los parques de punta dos Patos (Cangas), Couso (Ribeira), Seráns y Galloufa (Porto do Son), Merexo (Muxía) y Camelle se desarrollarán sobre terrenos considerados como hábitats prioritarios.
El documento recoge, sin embargo, que el polígono de Ponzos (Ferrol) sólo engloba suelos sin protección, cuando, en realidad, incluye parcialmente terrenos Red Natura y, de hecho, es uno de los que menos posibilidades tiene de aparecer en el proyecto que se exponga al público, dado que el promotor de la piscifactoría planificada ha confirmado que la Xunta le está buscando una ubicación alternativa.


Gallego añade 9 enclaves a los 23 seleccionados por Veiga tras descartar otros cinco

El plan de tecnología alimentaria que el departamento de Carmen Gallego espera presentar en junio próximo se ha elaborado a partir del documento redactado por el equipo que estaba con Enrique López Veiga al frente de la consellería, un texto que fue aprobado en el último Consello de la Xunta del Gobierno de Fraga y que los actuales responsables de Pesca decidieron revisar y dejar en suspenso porque, según la conselleira, tenía un alto coste medioambiental; y además, «non se adaptaba ás necesidades do sector, porque ningunha empresa cumplía cos requerimentos que esixía o plan».
El documento que ahora se debate descartó cinco de los 23 enclaves que había seleccionado el equipo de López Veiga. Además de Touriñán (Muxía), Gallego anuló los parques previstos para punta dos Corvos (en Ribeira), Aguieira (O Grove), punta do Corno (Camariñas) y cabo Prior (Ferrol). Tras prescindir de esos terrenos y dejar la preselección en 18 áreas, el actual equipo añadió 9 parajes: Seráns y Galloufa (Porto do Son), Tal (Muros), Fontá (Ferrol), Gralleira y Sarrido (Foz), Corvo (Ribadeo), Seiruga (Malpica) y Xandriña (Camariñas-Vimianzo).

Diferencias
La diferencia de superficie entre uno y otro plan es de 27,4 hectáreas a favor del de Carmen Gallego. Ahora bien, hay que tener en cuenta que uno de los parques que menos posibilidades tiene de prosperar —el de Ponzos, en Ferrol— es también uno de los de mayor superficie (22,7 hectáreas).
De los 27 enclaves seleccionados por la Consellería de Pesca, 14 son parques de nueva creación, mientras que los 13 restantes corresponden a parcelas en las que ya hay asentadas empresas que se dedican a la actividad acuícola.
Según el documento de Gallego, el mapa consagra a A Mariña como capital de la acuicultura gallega, al reservar en ese territorio más de un millón de metros cuadrados. A Costa da Morte, con sus 740.000 metros cuadrados; y Barbanza, con 460.000, son las siguientes en importancia dentro de un plan sectorial que tendrá una vigencia de 15 años, a partir del momento en que sea aprobado.